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Si tú también te mueres de ganas por saber qué pasó cuando Juanjo conoció a Ashley, ¡este es tu libro! Joé, a las tías no hay quien las entienda. Desde
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Si tú también te mueres de ganas por saber qué pasó cuando Juanjo conoció a Ashley, ¡este es tu libro! Joé, a las tías no hay quien las entienda. Desde luego, no hay quien entienda qué quieren los chicos. Y a la que ha venido de intercambio la pillo todavía menos. Si me hago lío con los listenings, la voy a entender a ella, macho. No poder ir al Baile de Primavera con Cameron me parecía la peor de las tragedias, pero ¿esto? Pasar un mes en este apartamento diminuto, con esta familia absurda y teniendo que ir a clase con el estúpido que me ha tocado de compañero... ¡Esto sí que es un drama! Ahli, dice que se llama Ahli. Eso sí que lo he pillado. Bueno, le voy a preguntar al Jose, a ver si él sabe qué puedo hacer con ella para que no se me muera de aburrimiento. Que si la palma, me suspenden y, si me suspenden, ¡ME QUITAN LA MOTO! Aunque, en realidad, que Juanjo sea tan tonto me viene bien. Me río con sus tonterías y, cuando me río, se me olvida que Cameron no me hace ni caso y que todos los planes de futuro que teníamos (la casa de dos plantas, la parejita de hijos rubios y el cachorrito de golden retriever) se han ido al traste. Bueno, igual la que tenía los planes de futuro era solo yo, pero... Espera un momento, ¿qué es esto? ¿Un casco de acompañante? ¡JUANJOOO! ¡Ya puedes tener cuidado, que como esmoñes a la muchacha con la moto te la cargas!