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Olivia no quería ser una princesa, como el resto de sus amiguitas. Decía tener una "crisis de identidad" y no comprendía por qué todas las demás se disfraz
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Olivia no quería ser una princesa, como el resto de sus amiguitas. Decía tener una "crisis de identidad" y no comprendía por qué todas las demás se disfrazaban con falditas brillosas, varitas mágicas y coronas. Cuestionaba, además, que siempre quisieran ser princesas rosas. ¿Por qué no pensaban en ser princesas indias, tailandesas, africanas o chinas? No entendía. Lo único que tenía claro es que ella no sería una de ellas. Buscaba un estilo más original, más moderno. Tampoco pretendía ser La niña de los cerillos referida por Hans Christian Andersen, como en los cuentos que le leía su mamá antes de dormir. Por las noches, imaginaba que podría ser enfermera o reportera, incluso en adoptar a niños pobres. Y de tanto pensar, Olivia supo exactamente qué quería llegar a ser algún día. Olivia es un personaje creado por Ian Falconer caracterizado por su valentía y capacidad de decisión, lo que le permite ir a contracorriente, como en este divertido cuento.