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«He sido cautiva en tierra de moros y perseguida en mi propia casa. He sobrevivido a innumerables peligros. He conocido el goce y también el desamor, como u
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«He sido cautiva en tierra de moros y perseguida en mi propia casa. He sobrevivido a innumerables peligros. He conocido el goce y también el desamor, como una puñalada cruel. He servido a un rey grande entre los grandes. He ayudado a construir un reino.» Cuentan las crónicas que a finales del siglo VIII, en tiempos de guerra entre musulmanes y cristianos, el príncipe Mauregato escogía de entre las doncellas del reino a las más bellas para entregárselas al emir de Córdoba, Abderramán I, en el Tributo de las Cien Doncellas. Así comienza la historia de Alana, hija de un jefe de clan astur y un guerrero visigodo, obligada a abandonar su castro para formar parte del harén del emir. Alana tendrá que hacer acopia de toda su imaginación y su valor para escapar de su cautiverio... ya que el camino de regreso al norte está plagado de peligros. Isabel San Sebastián relata en La visigoda una historia de amor y heroísmo, aventuras y conjuras, una emocionante página de la historia de España que conducirá al lector por la Córdoba de los Omeya, un Toledo recién sometido al Islam y el reino de Asturias en sus primeros pasos hacia la Reconquista. Estas son las memorias de una mujer valiente, osada y audaz dispuesta a sacrificarlo todo en busca de la libertad.