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Secretos que no deben salir a la luz, increíbles aventuras que se niegan a abandonar las cuatro paredes de una habitación, misteriosos ordenadores con vida pr
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Secretos que no deben salir a la luz, increíbles aventuras que se niegan a abandonar las cuatro paredes de una habitación, misteriosos ordenadores con vida propia y dudosas intenciones, tesoros que aparecen cuando menos te lo esperas. En las páginas de Adiós a la tierra de los colores vivos, lo inesperado es el auténtico protagonista: cuatro historias de transformación, de descubrimiento, de iniciación. Oti Rodriguez Marchante explora los entresijos de la adolescencia, esos días llenos de grises y aún así bañados por el color, por la ilusión de que todo está por hacer, y Pere Ginard los ilustra con trazos sugerentes, como si el mundo estuviera lleno de esquinas que escapan a nuestra mirada. En Adiós a la Tierra de los colores vivos reta al lector a escudriñar los rincones, a sonreír o a esconderse: si los libros pudieran hablar éste no se callaría nunca.